"El que no permanece en su primer paraíso, no sabe lo hermoso que es mantenerlo vivo"

- Uno de los poemas lleva el título significativo de Mapa Mundi, ¿cómo vive una poeta la triste realidad de nuestro mundo, que dicen globalizado?  
- Una poeta no vive este mundo pésimo que andamos destruyendo poco a poco y al tiempo esa bestia enorme que se nos va a tragar cuando acabemos de construirla. Hace tiempo que el poeta edificó su refugio nuclear, desde el que observa el fatal delirio y ayuda en lo que tristemente puede, a través de una ventana. No pertenece a este mundo y sueña con pertenecer a otro y que, al menos, exista.   
- Resurrección de Lázaro, en Levántate y anda; mi pregunta no es nueva: ¿existe la esperanza?     
- Aquí no, y no me crean fatalista sino observadora. El mundo no va a cambiar sino a peor y lo malo, lo no inteligente, es que somos muchos los que no deseamos lo que sucede, pero los poderosos no quieren eso que pregonan de la globalidad sino para enriquecerse más y arruinar más al pobre. Luego de esta vida, ojalá…      
- En éste y otros libros, una obsesión: la niña que hace esto o aquello, quizás inmune al tiempo, ¿es símbolo, metáfora, alegoría…  
- La niña soy yo y quien no lo crea, eso que se pierde, porque mi corazón es tan enorme como el de una niña, mi ingenuidad también, mi amor hacia la gente, mi ilusión. El dolor que me causa lo incomprensible es como el tremendo berrido de un bebé que supera con creces su tamaño. El que no permanece en su primer paraíso, no sabe lo hermoso que es mantenerlo vivo. Eso no conlleva dejar atrás filosofías, arquitecturas, códices, civilizaciones… sencillamente se basa en saber manejar el palimpsesto.